El guayacán es un árbol muy extendido por todos los países centroamericanos y sudamericanos siendo muy utilizado en parques, plazas y otras zonas urbanas. Se trata de un árbol de copa frondosa y redondeada, da lugar a flores amarillas o rosadas. Además del aspecto ornamental, el guayacán brinda beneficios medicinales, sus flores, hojas y corteza son frecuentemente usadas para estos fines. La madera del guayacán es de las más duras, fuertes, pesadas y compactas por lo que es utilizada en carpintería de ribera y en la construcción de embarcaciones, especialmente para las cuadernas, y otras piezas básicas.
Se trata de un árbol semicaduco de crecimiento lento, la pérdida del follaje depende directamente del tipo de clima y del entorno del árbol, la pérdida de hojas no tiene fecha específica, sólo comienza por el enrojecimiento de las mismas y luego caen para dar lugar a hojas nuevas, que son muy bonitas.
El nombre guayacán abarca diferentes especies siendo árboles significativamente distintos según las zonas.
Situación: al aire libre y con mucho sol, esto también ayuda a reducir el tamaño de las hojas. Como cualquier árbol procedente de zonas tropicales y subtropicales deben ser protegidos durante el invierno en caso que bajen mucho las temperaturas.
Riego: riego abundante. Aunque aguanta bien la sequía en estado natural debido a su profundo sistema radicular.
Abonado: aplicar un fertilizante rico en nitrógeno desde comienzos de la primavera hasta mediados de verano; desde ese momento hasta el primer mes de otoño, abonar con producto de alto contenido en fósforo y potasio.
Poda: la poda principal se realiza al final del invierno, eliminar también las ramitas dañadas; cuando los brotes nuevos alcanzan 5 ó 6 nudos hay que reducirlos a 2 ó 3. Pinzar los nuevos brotes que le quiten estilo y retirar las hojas muertas. Alambrar en primavera y verano.
Trasplante: en ejemplares adultos, cada 3 a 5 años, junto con la poda radicular. Sin exigencias de sustrato.
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